Es imposible olvidar, y ya te había olvidado. Quien pensaría en este reencuentro, ¡tan pronto! Te soy sincero, no esperaba verte otra vez, o bueno, verte pero sin tanto cariño, sin tanto querer llevarte a algún lugar sórdido y amarte, amarnos; verte pero sin tanto recuerdo de la vida en esos años sin importancia, en los días cándidos en que no te conocía y las primeras palabras de amor que se aprenden hubieran sido las únicas hasta hoy, porque hubieras dicho que si.
Estabas feliz, ¡feliz!, ¿cuán feliz? ¿Lo seríamos los dos ahora? No hay duda, si me ha chocado tan mal verte, imagínate, esta pregunta te la haría ahora mismo y te reirías, y habrían besos y toqueteos de por medio, lágrimas sólo cuando se nos muera alguien cercano. Te vi tan bien acompañada que esta carta será inútil, escribo porque me quedé tonto, fue como un golpe que me hizo madurar al instante, una vuelta a la realidad cuando estaba en vilo, retorné a las carpetas del fin del mundo y te vi virginal hasta los labios, sin poder decirte nada.
Por esta situación puedo afirmar que estuve enamorado de ti, lo cual es extraño, no lo sabía, pero si no es amor, qué es. Todo lo que me habría evitado, no hubiera arriesgado tantas veces la vida, o la propia dignidad, quizá te estaría llamando y no perdiendo el tiempo frente a la computadora, no habrían blogs, conocerías a mis padres, conocerías mi casa, incluso las habitaciones del segundo piso porque todos salieron y yo me hice el enfermo.
Esta primavera está perfecta, el sol invita a bañarnos en la playa, vamos, tengo una playa secreta, es mía aunque cualquiera va. No, no creo que quieras, tal vez irías pero no te dejan y aún no quieres mentir, nunca lo hiciste muy poco. ¿Cuántos octubres serían ya? Este sería el mejor, en este me levantaría cegado, y no pensaría que tengo que vivir sino que te voy a ver, que voy a quedar ciego de tus ojos por su anomalía innata, por la que todos los días enamoras a alguien y me has dicho que podrías caminar sin parpadear, despertar sin ver a nadie hasta que escuches tus palabras favoritas, las que nunca te he dicho, pero yo te he convencido de que tienes que ver y afrontar la vida así sea dura, no importa que se te enamore uno más, me gusta que me envidien.
¿Cómo se llama? No lo he visto mucho. Pero no es malo, tú estás bien, te lleva, sonríes, cuentas lo que hacen, lo quieres un poco, tu papá lo aprecia, tu mamá no sé, tu perro le cagó los zapatos, te recoge, te puso triste dos veces. Me demoré demasiado en darme cuenta pero ya estoy acostumbrado, ya no quiero pedirte nada, ni una salida, ni un favor, ni siquiera diez centavos, solamente quiero disculparme por esos momentos que perdimos, por las historias que no disfrutaste y no puedes acordarte, por los besos que nos debemos, porque si alguna vez te animas a ir a mi playa sabrás que yo podría haberlo hecho mejor.
ya habia pasado mucho tiempo desde tu última publicación eh? me da gusto volver a leer algo tuyo. Las cartas son siempre mis favoritas, y esta que has escrito me ha gustado. Espero que sigas escribiendo seguido y que la univ no te coma por completo, siempre tienes que tener ese habito de escribir seguido, así mejorarás más y crearás nuevas historias.
ResponderEliminarJaja, gracias! Si pues, la verdad no tengo mucho tiempo! La universidad es una mierda xD Pero tal vez pronto publique un cuento. Tengo ideas al respecto justo por uno de tus cuentos, como que me gusto el enfoque q le diste jaja esperaré tus comentarios.
ResponderEliminarAh mira tú! Bueno, ten por seguro que leere ese cuento y te daré mis comentarios al respecto, saludos y exitos en todo!
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