- Ya es hora, ¿un cuento o una canción?
- Un beso.
- Los besos sirven para despertar, no para dormir.
- Perdóname, pero... te ves tan tonto sacando siempre las huachaferías de tu repertorio.
En tu mirada yo veo estrellas
y ya se bien lo que quiere decir,
como el mar que viene y nos lleva,
como el cielo azul profundo.
- Que terco. No me gustó, a ver tu cuento.
- ¿Qué quiere la mujer?
- Quiero tener sueño, y para eso te doy la oportunidad de que me relates algo.
- No fue una pregunta Fabi, era el título de la historia.
Entonces Fabi entonó el coro de la canción interrumpida.
Mi princesa, mi amor ya no tiene fin
mi princesa, sólo tú estás en mí.
- Si te la sabes.
- Ay, nunca serás un buen padre - y le dio la espalda.
- Pero a ti...
Hoy te quiero, mañana también
pasado no, el año que viene
creo que, siempre te querré.
Se levantó y apagó las luces.
Muah.